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Corren tiempos de sueldos bajos y precios altos: conseguir ahorrar algo de dinero a fin de mes resulta casi imposible, pero no por ello dejamos de intentarlo. Sobre todo al comienzo de un nuevo año, cuando nos planteamos cambios de hábitos y nos fijamos objetivos. Solo 6,5 euros de cada 100 que llegan a nuestra cuenta bancaria (una vez descontados impuestos) se dedican al ahorro, según datos del pasado octubre del Instituto Nacional de Estadística. Es menos de la mitad de lo que acababa en la hucha en 2009. Pero esa es la media: de cada 10 españoles: seis no consiguen ahorrar ni un solo euro.
Los principales errores a la hora de ahorrar
De cada 10 españoles, seis no consiguen ahorrar ni un solo euro
Ahorrar no es fácil, porque no basta con proponérselo. «El error principal que cometemos los españoles es que queremos ahorrar a final de mes«, nos reprende Luis Pita, asesor financiero en Preahorro, ingeniero y autor del libro Ten peor coche que tu vecino. «Cuando nos ingresan la nómina, vamos sumando gastos durante todo el mes. Y lo que nos queda al final, lo ahorramos. Este método está condenado al fracaso, porque, como todos sabemos, a final de mes lo que nos queda en el bolsillo es cero».
Este experto observa otros dos errores, menos importantes pero también frecuentes. Uno de ellos es que el dinero que ahorramos lo dejamos en un depósito que no genera ningún interés. El otro es gastar en aquello que no necesitamos. «Vivimos en una economía conductual y tomamos como referencia a las personas que nos rodean. Si mi vecino acaba de comprarse el iPhone X, hay una probabilidad muy alta de que empiece a considerar el adquirir uno. Terminamos adaptando nuestro nivel de gasto al de las personas de nuestro entorno, en vez de gastar en lo que realmente nos da satisfacción».
Un sistema más sencillo y efectivo
Al margen de enfoques equivocados, lograr un saldo positivo el día 30 de cada mes requiere determinación y organización: llevar un estricto recuento de gastos familiares. Pero no todos tenemos alma de contable. A tal efecto se comercializan apps, de las que, como ocurre con la mayoría de estos productos, nos cansamos pronto. Sin embargo, hay un sistema que muchos consideran más sencillo y efectivo, y que viene avalado por su éxito en Japón: kakeibo (se pronuncia “kakebo”). Con sencillez zen, consiste en ir plasmando en un cuaderno, para que podamos visualizarlo, cuánto dinero ganamos, cuánto queremos ahorrar y cuánto gastamos.
El método consiste en llevar un diario de economía doméstica
Es un diario de economía doméstica, equivalente a los diarios de calorías en los que uno anota lo que come y lo que quema. La clave de este sistema está en que ponemos las cuentas por escrito, en vez de llevarlas en la cabeza. Como describe Luis Pita, «aporta visibilidad, en el sentido de que permite que puedas darte cuenta de que estás gastando demasiado en determinadas cosas y puedas tomar medidas». No se trata de quitarse esas cosas, simplemente de reducir el exceso.
La disciplina es la clave
Fumiko Chiba es autor de uno de estos cuadernos de ahorro y explica así su funcionamiento: «En Japón, un típico propietario de kakeibo se sentaría el día de cobro con su diario y planificaría cuidadosamente cuánto dinero entrará y en qué lo gastará. Con los ingresos del mes reunidos físicamente frente a él, luego dividiría el dinero en categorías: alquiler, facturas, alimentos, ocio, viajes, ahorros, y asignaría un monto para cada partida».
Pero este y otros métodos no ahorran solos; para que funcionen, el interesado tiene que perseverar. «Exigen que diariamente revise sus gastos y tome decisiones«, aclara Luis Pita. «Hay un pequeño porcentaje de la población que es muy disciplinada a la que le viene muy bien, pero la mayoría no queremos estar dedicándole tanto tiempo ni tanta atención. Es un método muy bueno para, si eres muy disciplinado, poder ahorrar 200 euros al mes».
El método del sobre
Para los menos disciplinados existen otros sistemas que pueden resultar muy útiles, y que nos refiere el asesor financiero Luis Pita. Uno de ellos es el método del sobre, que limita el gasto en ocio. Como su nombre indica, implica introducir en un sobre a primeros de cada mes el dinero que queremos gastarnos en ocio. Lo usamos hasta que se gasta, «de forma que, a partir de entonces, hay que recurrir a ocio de coste cero. Es una forma de hacer un presupuesto sin tener que hacerlo», dice Pita.
Otro es el día de las facturas. Consiste en dedicar un día al año a sentarse y revisar todas las facturas. «Ataque los gastos fijos: las cuotas de gimnasios, suscripciones a revistas, las facturas de la electricidad… Los objetivos son eliminar y reducir. Por ejemplo, puede que años atrás nos interesase el tiro con arco y nos suscribiéramos a una revista; ahora se nos pasó la fiebre pero, por pereza, mantenemos la suscripción: es momento de eliminarla. Y con facturas de electricidad o gas, dedico ese día a pensar cómo puedo reducir ese gasto».
Al final todo se reduce a una norma común: «La gente que ahorra de verdad —dice el experto—, y no me refiero a ahorrar 20 euros a final de mes, sino un 15% o un 20% del salario, siempre lo hace de la misma forma: a principio de mes y de forma automática. Igual que destinamos a principio de mes una cantidad para la hipoteca, hay que destinar otra para el ahorro». Y si nada de esto funciona, siempre podemos seguir los consejos del premio Nobel de economía 2017 para no gastar de forma irracional.
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